Me molestaba tu ignorancia. Me molestaba tu
manera de creerte superior. Me molestaba tu enorme ego. Sobre todo me molestaba
que te comparases conmigo. Porque
tu y yo nunca seremos iguales. Me llamabas tu alma gemela mientras que no había
nada mas paralelo que nosotros. Tu de derechas, yo de izquierdas. Tu Norte, yo
Sur. Tu de sonrisa fácil, yo de cabreo fácil.
No todos los polos opuestos se atraen. Si no pregúntaselo
al Polo Sur que llora cada noche por el Polo Norte. Que están tan cerca pero a
la vez tan lejos. Se funde cada día un poco mas debido a un amor inalcanzable.
Una lucha inacabable. Siempre estarán conectados por miles de ríos, mares y
océanos... pero cada día mas distantes que el anterior. Y me paso los días y
noches pensando en cómo y todo lo que encuentro es un para qué. Para qué el
dolor. Para qué la distancia. Para qué luchar cuando nos detienen las
diferencias. Cuando engañamos con apariencias. Y yo ya he perdido la paciencia.